Pueblos Indígenas Se Oponen a Carretera Ilegal Durante Congreso

El 29 de abril, representantes de 16 comunidades de la region remota de Yurúa se reunieron en un congreso extraordinario para tratar el tema de una carretera ilegal que se construye para conectar a Yurúa con el río Ucayali y el resto del Perú. La carretera es construida por madereros y traficantes de tierras del pueblo maderero de Nueva Italia. Esto ignorando los estudios necesarios de impacto ambiental o consulta con las comunidades de Yurúa que se verán afectadas.

Después de ver las imágenes satelitales de la construcción y deforestación, la federación indígena de Yurúa ACONADIYSH, organizó un congreso extraordinario con carácter de emergencia con las 16 comunidades que representan seis diferentes grupos étnicos. Otras organizaciones incluyeron a la UAC y otras dos asociaciones de conservación indígena de la región; la Asociación de Conservación Comunal de Yurúa– ACCY, y la Asociación Ambiental del Pueblo Ashéninka de Dulce Gloria – AACAPPY. Los participantes incluyeron a la comunidad de Saweto del rio colindante Tamaya, que también se verá impactada por la carretera, así como representantes de la Municipalidad Distrital de Yurúa, la Asociación de Maestros Bilingües de Yurúa y el Ministerio de Cultura de Perú.

La comunidad brasileña de Apiwtxa, cuyas tierras bordean la ruta planeada de la carretera, fue detenida en la frontera y no se les fue permitida su participación, por supuestos protocolos de COVID. Sin embargo, los organizadores habían obtenido permiso formal por parte del Ministro de Salud y la oficina de la policía local, y se cree que defensores a favor de la carretera coordinaron con autoridades en la frontera para prevenir la participación de los representantes de Apiwtxa, temiendo su reputación como defensores de los derechos indígenas y su influencia en la organización de la oposición indígena a la carretera.

El congreso fue la primera oportunidad para la población local de aprender sobre de la construcción ilegal que avanza rápidamente hacia Puerto Breu, capital del distrito de Yurúa y sus tierras comunales. UAC proporcionó mapas e imágenes de la carretera recientemente despejada, así como la amplia deforestación de los nuevos colonos de la región de la selva central peruana, particularmente del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), la región principal productora de coca. Las chacras y pistas de aterrizaje indican que la carretera ya es usada para el cultivo y tráfico de coca.

La gran mayoría de los participantes expresaron su preocupación y oposición:

•       “Mientras no tenemos carretera no estamos siendo impactados todavía, hay que pensar en eso. Primero debemos prepararnos, a nuestros jóvenes, nuestras mujeres, mejorar su conocimiento.” - Sr. Alfonso Rengifo, presidente de ACONADIYSH.

•       “El Estado debe consultar a las comunidades sobre los proyectos.”- Sr. Feliciano Mañaningo, líder de Dulce Gloria.

•       “Nosotros no queremos una carretera, quizá en el futuro, pero en este momento no estamos preparados”. - Sra. Maria Elena Paredes, líder de Sawawo Hito 40.

•       “Cuando viene la carretera ellos van a trabajar de noche y no vamos a vigilar. Policía no va a cuidar, le va a pagar y va a hacer lo que le da la gana.” - Sr. lván Piñango Angulo de Sawawo Hito 40.

•       “Nosotros ya hemos decidido, nosotros no queremos carretera, queremos un aeropuerto que nuestras organizaciones emitan un documento en Lima. Nosotros no queremos carretera.”  - Sr. Alfredo Tello Canales subjefe de San Pablo.

•       “Las leyes nos amparan, por más que seamos pueblos indígenas debemos ser consultados, hay que sacar estudios, todos los proyectos tienen que tener su expediente.” - Sr. Arlindo Ruiz Santos, presidente de AACAPPY.

Sin embargo, una pequeña mayoría expresó su apoyo por la carretera:

•       “Nosotros como pueblos indígenas no tenemos medios para llevar fuera nuestros productos. Si la carretera llegara, Yurúa crecería, habría nuevas escuelas, no dependeríamos de los mestizos y la gente vendría a comprar nuestros productos.” - Sr. Elvis Mamani, comunidad Koshireni.

•       “La carretera trae consigo progreso para el futuro de nuestros hijos, el objetivo es que Yurúa pueda ser un destino turístico, para recibir visitantes, tener mejores casas de cemento y tabique. El proyecto traerá beneficios, nadie nos quitará nuestras tierras, eso es una mentira, todo depende de uno, como pueblos indígenas se tienen muchos derechos.” - Sr. Abner lturrarán Bustos, representante del gobierno de Yurúa.

 Al concluir el congreso, los participantes indígenas firmaron un documento forma, un acta que resume los principales resultados para compartir con las autoridades. Las principales conclusiones del evento fueron las siguientes:

1.    Debe de existir un proceso para la carretera. En este caso, no ha habido un anuncio formal sobre el proyecto. Es una carretera ilegal, y no hemos sido consultados.

2.    El primer Congreso de los Pueblos Indígenas de Yurúa se opone a la carretera porque no estamos conscientes de sus ventajas y desventajas, ni de lo que pueda traer en un futuro.

El acta completa se puede ver aquí.

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